miércoles, octubre 31, 2012

Taller 28


Texto cuya temática es "Animal" colgado en La rebelión de las páginas en blanco

La vieja hembra mona sigue a su grupo agazapada, escondida entre las frondosas ramas de los verdas árboles, buscando la triste aceptación de una pequeña comunidad que la había rechazado. Ella, que había sido concubina del líder. Ella, que en tiempos pretéritos le había dado tres pequeños descendientes a su amado líder.

Ahora las otras hembras la habían rechazado, sus propios vástagos la ignoraban y su esplendoroso líder mono se había apareado con otra mona. Los sigue a escondidas, come los restos de fruta que deja el grupo a su paso. No puede acercarse mucho: la última vez que lo hizo le agredieron y se mofaron con crueldad. Pero, ¿qué podía hacer? Estaba sola y abandonada. Su vida era su grupo y, aunque no la quisieran, no iba a abandonarlos. Era lo único que conocía y otros grupos, seguramente, le harían cosas peores.

Su orgullo se diluía entre tanto verde. Tenía que esperar su momento. Esta parte de la selva la conoce, aqui es donde salió con vida de la sigilosa pantera. Tal vez, las cosas volverían a su cauce. No diría nada, tenía la esperanza de que la sibilina pantera aparecería otra vez y mataría un par de hembras. Inmóvil etá, contiene la respiración. Aparece, negra pantera, ayúdame a recuperar mi trono. Mata a mi sangre, asesina a alguien. Por favor.

Pero su grupo sale ileso y ella niega con la cabeza. Resignada, prosigue su decadente persecución. Pero, de repente, ve desde lo alto del árbol a la sigilosa pantera estirada y relamiéndose la pata izquierda en el suelo. ¡Shhh! Poco a poco, que no se percate de mi presencia, piensa la mona. Crack. La mona contiene el aliento. Algo ha crujido a su espalda. ¿Será otro mono? ¿Será la pareja de la pantera? No puede abandonar a su grupo, aunque ya no la quieran. Crack.

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