lunes, enero 07, 2013

Merda de primera


Quería empezar la historia por el final, pero ésta era típica y el final no sabía cómo encararlo, aunque fuera (o fuese) el inicio. Del nudo mejor ni hablamos: brillaba por su ausencia y no tenía el menor interés.
¿Y el final de la historia? Pues se suponía que tenía que ser el inicio pero nunca se llegó a concretar. El final era el inicio y el inicio era el final. Cómo no se distinguían muy bien entre ellos, la historia nunca existió.

1 comentario:

Mothman dijo...

Clarividencia sería si uno fuese asesor de estado, del estado del bien estar de los que no estarán aunque ahora estén, pero como si no estuviesen...
Abrazos