lunes, octubre 12, 2015

No se fija y por eso tropieza


Muy sutilmente, la torpeza garantiza su aparición. Tropieza con las palabras, se retuerce en los párpados y disimula con una sonrisa. Intentamos exiliarla como un grito en un frondoso bosque hace unos años, pero era tan torpe que no funcionó. Tenemos que convivir con ella. No tiene maldad, gime de la diversión no sexual y no siempre vocaliza bien. Es más. ¿ Sabes lo que le ocurrió en la eternidad? Pues qué ésta última se esfumó durante un instante. ¡ Menudo susto nos llevamos todos! Si no fuera por esos momentos...

Ahora hace frío. Es el ciclo natural, severo en su obligatoriedad y constante en sus pautas. Hace frío. No mucho. Miedo da pensar que en unas semanas será más gélido, más terrible, más humano. Voy a tomar algo refrescante antes de que se congele la temperatura, antes de que se congele el cielo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo supe ligar con la torpeza,
y lo hice tan mal que,
ella me ligó a mí.

Ahora,
mis inviernos no son fríos,
parecen primaveras.

(La polilla primorosa)

vomiton dijo...

lo peor es el entretiempo! ;)