lunes, julio 25, 2016

Lo han entendido mal


Cegados de alcohol, los dos hombres, piel rojiza, balbucean y la lengua se les traba constantemente. Uno de ellos está sentado en un veterano taburete, oxidado en la parte de abajo, echa humo sin cesar causando que su ojos vidriosos se enrojezcan más y más. El otro está de pie en constante balanceo, farfullando opacas palabras. Un niño inocente, poco repelente, natural como un mar en calma, se les acerca y habla con ellos. Les pregunta cosas, ellos balbucean, no dicen nada en concreto y por eso el niño les pregunta más y más.

Cada vez se les entiende menos, pero ellos están convencidos de que tienen razón. Y, para celebrarlo, piden más acohol. Uno un chato de vino, el otro una cerveza. El niño es reclamado por la madre, se despide satisfecho por haber hablado con gente mayor y los borrachos sonríen y se despiden de él. Habrá que seguir bebiendo, piensan. Total, es lunes.



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