jueves, octubre 06, 2016

Números + números= numerazos


¡No tiene ni puta gracia!

¡No tiene ni puta gracia! dijo mi madre mientras me paría. Al salir de su cálido vientre, le señalé y le dije: ¡Al menos no me he acostado con Aznar! Efectivamente, yo soy un hijo no reconocido de Aznar. Peor es mi primo Tobías, que es hijo no reconocido de Rajoy.

Mi infancia fue eso, una infancia más. Ni muy ruidosa ni muy tranquila. Un día, jugando en casa de mi primo Tobías, él estaba haciendo figuras con plastilina. Su cuarto estaba plagado de juguetes geniales pero nunca me dejaba jugar con ellos. Supongo que así de egoístas somos de pequeños. Le dije de compartir y de jugar juntos con la plastilina pero se negó rotunamente. Aburrido, metí las manos en los bolsillos y me encontré una moneda. Seguramente, sería el cambio de ir a comprar cualquier cosa a mis padres. Le dije que le daría la moneda si me daba la plastilina. El bueno de Tobías dudaba. Le dije que se podría comprar el doble de plastilina. O, si lo prefería dulces golosinas. Tobías aceptó.

Empecé a jugar con la masa de colores. ¡Qué figuras hice! Eran hermosas, llamativas y perfectas. De repente, Tobías me dijo que le devolviera la plastilina. Yo dudaba. Le respondí que se la devolvería si me daba la moneda y una de las figuras de superhéroes que tenía en su cuarto. Incomprensiblemnete, aceptó el cambio. Empezó a hacer figuras pero no le salían también como a mí y eso le frustró. Me pidió que le devolviese su muñeco de Capitán América y la moneda. Yo, a cambio, le dije que tal vez lo haría si me daba la plastilina, y dos figuras de superhéroes. Aceptó.

La cosa fue a más. Cada cambio era un nuevo intercambio en el que siempre salía ganando yo. Fijaros cómo fue la cosa que desde hace unos cuantos años el pobre Tobías tiene que madrugar cada día, ir a trabajar, y darme una parte de lo que gana, y madrugar, tener que ir a trabajar, dormir poco, y trabajar, darme una parte de su dinero...Justo como tú.

Seguro que pensarás: ¡No tiene ni puta gracia! .Pero eso ya lo dijo mi madre hace 36 años y ya estoy acostumbrado

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