martes, septiembre 12, 2017

Vívelo, uncle Portos


Tremendas las garras psicóticas de un deseo ficticio,
que no se desprenden de lo anhelado pero
ignoran a lo provocado.
Heridas que se forman por el movimiento de un vaso,
por la quietud de un ataud de paranoias superficiales,
heridas que curamos cuando cortamos esas garras,
protagonistas de nuestros egoísmos e impulsoras
de las aventuras que suceden al respirar.

Y ya curados de todas las irresponsabilidades de azúcar,
vienen otras muchas más,
siempre más,
queramos o no,
es su curso natural,
el desprenderse para acaparar
un presente más,
y así formar capítulos
que, en su totalidad, son nuestra
falsa aventura de la realidad


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Falsa aventura de la realidad porque no somos conscientes de que somos nosotros los que hacemos/protagonizamos/estafamos todos los actos mortales que forman parte de nuestra esencia. Yo he escrito esto, pero no sé por qué, ni cómo. Bueno, sí lo sé, pero ___________________________ está difuminado.

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