miércoles, octubre 18, 2017

El festín de las voces


Mastican la carne putrefacta que la coincidencia nos ha dado, por no decir el señor, ya que éste último suele estar ausente la mayor parte del tiempo. La mastican con ahínco, apurando hasta el último retazo de proteína, absorbiéndola con vehemencia para separarla del hueso. Con los dedos pringosos, cuando ya no queda nada de carne, o casi nada, parten el hueso por la mitad, más o menos, y aspiran la sustancia que hay dentro, como si fuera un ritual ancestral. No han parado de comer desde que se han sentado en la mesa, y ahora lo han hecho. Dedos pringosos encima de la mesa, botón del pantalón desabrochado y suspiros al aire que proclaman que se han saciado. No se hablan entre ellos durante diez minutos, es el trato. Y cuando uno lo hace, puede que sin querer o porque no soporta los silencios, todos se ríen y aplauden. Sonoras carcajadas, esputos que salen de la boca e incluso algunas palmadas. El que ha hablado está resignado pero se levanta de la silla. Se desnuda lentamente, con una triste indiferencia, y se estira encima de la mesa, derribando vasos, copas, platos que hay a la vista. Y el resto de comensales se abalanzan sobre él, y empiezan a comérselo. Mastican la carne putrefacta...




lunes, octubre 16, 2017

Sincero y necesario


Sincerio y necesario, en la mentira de papel, en la autoridad de los silencios.


S

eh..ehh...yo...yo...pues...pues...puede...por...estimaciones metódicas...es...ya...

N

Yo creo en los ángulos rectos que se apoyan en los ángulos rectos, en las sombras que cobijan a sombras, en los postres después de los postres, en los sueños dentro de los sueños y en la pausa de la memoria.


Sincero y necesario, de fantasmas repleto nuestro feroz adversario, aquel que vive en nuestro imaginario pero que acontece y es real. No le tendemos trampas, sino alfombras rojas y confeti de sal. Dame esto, dame aquello. Necesito saciarme de tiempo. Saciarme de tiempo hasta reventar y, así, volver a empezar.


martes, octubre 10, 2017

Nacemos fetén


Me habló de su obsesión por pura casualidad. Bueno, más que casualidad, es que estaba aburrido. Me dijo que se situaba no muy lejos de los containers donde se tiraba la basura, lo suficientemente lejos para pasar desapercibido pero no para perder de vista lo que triraban. Veía pasar a la gente con las bolsas de basura y le fascinaba lo que enseñaban estas. No revolvía la basura, me dijo, eso no era para él. Simplemente, veía la forma de la bolsa, o algún objeto que sobresalía, y entraba en pleno éxtasis. No sexual, eso no era para él. Si veía, por ejemplo, que una persona cualquiera tiraba una pequeña caja transparente con napolitanas dentro, imaginaba si es que estarían ya duras, o si ya no podían comer más, si el cuerpo correspondía al alimento... Si veía, por ejemplo, que alguien tiraba una botella de un producto de limpieza, imaginaba si esa persona era limpia o, por el contrario, muy desordenada. La basura le hacía volar la imaginación, sin freno y con pasión. Lo último que supe de él es que se había suicidado. Hay gente pa to, Puri





lunes, octubre 09, 2017

La incoherencia está desgastada


Está bien eso del ímpetu, sí, está bien. Es bueno, por supuesto, aprovechar el impulso y devorar el presente, obvio. Adelante, venga, adelante. Pero mi no me impliques en esa mierda de filosofia. Porque fue mi abuelo quien la inventó y, eso, fue catastrófico para mi familia. Aprovechábamos todos los segundos del día, exprimíamos todos los minutos posibles, siempre activos siempre funcionando. No pertenecíamos a ningún lugar en concreto, mis amistades eran fugaces y mis sueños efímeros. Mi familia, claro, se resquebrajó paulativamente. Enfados, suicidios, reproches, abandonos...Asi que bien, adelante, haz lo que quieras. Mátame, tal vez lo merezca...Supongo que lo que hice en el pasado está inmóvil en tu mente, claro, pero parte de la culpa la tiene mi abuelo...Ok, yo soy el responsable, sí, siempre lo somos. Perdona no quería tomarte por una persona estúpida. Adelante, hazlo