martes, octubre 10, 2017

Nacemos fetén


Me habló de su obsesión por pura casualidad. Bueno, más que casualidad, es que estaba aburrido. Me dijo que se situaba no muy lejos de los containers donde se tiraba la basura, lo suficientemente lejos para pasar desapercibido pero no para perder de vista lo que triraban. Veía pasar a la gente con las bolsas de basura y le fascinaba lo que enseñaban estas. No revolvía la basura, me dijo, eso no era para él. Simplemente, veía la forma de la bolsa, o algún objeto que sobresalía, y entraba en pleno éxtasis. No sexual, eso no era para él. Si veía, por ejemplo, que una persona cualquiera tiraba una pequeña caja transparente con napolitanas dentro, imaginaba si es que estarían ya duras, o si ya no podían comer más, si el cuerpo correspondía al alimento... Si veía, por ejemplo, que alguien tiraba una botella de un producto de limpieza, imaginaba si esa persona era limpia o, por el contrario, muy desordenada. La basura le hacía volar la imaginación, sin freno y con pasión. Lo último que supe de él es que se había suicidado. Hay gente pa to, Puri





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