lunes, diciembre 04, 2017

El principio de soledad


Siempre que le hablaban desconocidos era para hablarle de un dios. Caminaba por las ramblas y una pareja animosa y vestida como hace 50 años le empezaba a hablar de dios. Estaba en casa medio masturbándose y, de repente, sonaba el timbre y a al abrir la puerta era otra pareja diferente hablándole de otro dios. Incluso una vez, en una boda de un primo de un primo de un primo de un sobrino de un primo, la pareja de éste último empezó a hablar de dios.

¿Por qué siempre le hablaban de dios? ¿Por qué?

Así que un día decidió hablar de dios con todo el mundo. Hablaba de dios (cualquier dios, siempre iba cambiando de religión)a todas horas, y la gente cercana a él dejó de hablarle, decían que estaba chalado y que daba un poco de miedo. Un día caminaba por las ramblas y se encontró a otra pareja animosa y vestida como hace 50 años y le empezaron a hablar de dios. Empezaron a charlar y a discutir amigablemente, las horas pasaban y no paraban de hablar de dios. Y así estuvieron años, así estuvieron siglos, así estuvieron milenios hasta la hora de comer. Se despidieron y él se puso a llorar cuando estuvo a solas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es lo que tienen las adicciones, que producen mono

(La polilla colocada)